Loeb y Ford, un tándem de época
El piloto con más campeonatos del mundo de rallyes en su haber logra, en su debut con Ford M Sport, una victoria que pasará a los anales de la historia como la primera de la era híbrida en el WRC.
El Rally de Montecarlo es año tras año el encargado de abrir la temporada del WRC, y lo cierto es que sus gélidas carreteras y su épica nunca defraudan. La edición de 2022, coincidiendo con el estreno de los nuevos Rally1 híbridos, no iba a ser menos.
El nueve veces campeón del mundo, Sébastien Loeb, volvía a los rallyes apenas una semana después de lograr la segunda posición en el Dakar para dar muestra de las bondades de la electrificación en la categoría reina del WRC. La sorpresa para muchos fue que, desde el minuto uno, se mostró más que competitivo, logrando el segundo mejor tiempo en el ‘shakedown’ del jueves, la jornada destinada a entrenamientos.
El Ford Puma Rally1 demuestra su poderío
Por supuesto, el talento del francés está más que corroborado, pero las dudas sobre el rendimiento de los nuevos coches y la adaptación a ellos por parte de los pilotos estaban bien presentes. Eso sí, se fulminaron rápido. En el caso de Ford, el Puma Rally1 Hybrid demostró un rédito absolutamente fantástico: además del ‘scratch’ o mejor tiempo logrado por Loeb en el sexto tramo, permitió a Gus Greensmith conseguir el primer ‘scratch’ de su historia en el séptimo y a Craig Breen afianzar su participación en el podio como tercer clasificado de la general.